Los Ozark Mountain Daredevils fueron de esas bandas que no dominaron los 70’s pero si que dejaron huella. Humildes orfebres del ritmo y la melodía, su irresistible mezcla de country-rock, bluegrass y pop (icónica la imagen de Paul McCartney llevando una camiseta del grupo) caló a ambos lados del Atlántico, y los maravillosos artwork de sus vinilos siguen realzando el disfrute de su escucha.
Sus tres primeras entregas guardan la esencia de su propuesta, que después de la marcha de Randle Chowning en 1976 aguantó más que dignamente hasta «OMD» de 1980, que al intentarse acercar al sonido soft de la Costa Oeste marca el final de la banda, ya que la desbandada general le quita licitez a las posteriores reuniones con el nombre de la banda madre.
Producto de un tiempo y lugar muy concreto, es obligatorio no quedarse sólo con las archiconocidas «Jackie Blue» o «If you wanna get to heaven» y bucear en una discografía tan atemporal como libre de ataduras.