Los neoyorquinos The Sweet Things lanzaron su segundo álbum, «Brown Leather»,grabado con el productor Matt Chiaravalle en FAME Recording Studios en Muscle Shoals, Alabama, tras su anterior trabajo y discazo aquel «In Borrowed Shoes, On Borrowed Time», lanzado en 2019.
La banda con dos nuevos componentes con Tobin Dale a la guitarra y Hector Lopez a la batería, más sus dos miembros fundadores Dave Tierney, voz y guitarra y Sam Hariss al bajo no defraudan tampoco en este nuevo disco en el que sus once temas aguardentosos envueltos en todo ese espíritu genuino por ese amor por el blues y toda aquella música británica que invadió América en los 60, al grabar «Brown Leather» en Muscle Shoals.
Era difícil superar su disco debut con aquella pléyade de músicos que acompañaron a The Sweet Things como Alejandro Escovedo a los coros, Rob Clores (Black Crowes, Jesse Malin) en piano y teclados, miembros de Uptown Horns (James Brown, Rolling Stones) trompetas y saxo, Brian Hurd (Daddy Long Legs) a la armónica, y Liza Colby a los coros.
Rock n’ roll reptiliano, blues, el country y las baladas conmovedoras, logrando un equilibrio perfecto entre el libertinaje de cualquier noche. Ese espíritu borracho de la música de una banda que emana también soul y gospel que eleva este álbum una botella a unos Stones setenteros, Johnny Thunders, Nikki Sudden, Dave Kusworth o un Izzy Stradlin, junto a un viejo piano, una sección de vientos y un gran coro.
«Brown Leather» de The Sweet Things es una dosis vigorosa de rock and roll sin tonterías hecho de la manera que debe hacerse: crudo y real.