Doris Troy: La Perla negra de Apple Records

Doris Troy la perla de Apple Records 1970

En demasiadas ocasiones sucede que el momento más inspirado de un artista con talento no se ve acompañado de las circunstancias más favorables y provoca que un determinado álbum pase completamente desapercibido en el instante de su publicación.

Eso es exactamente lo que le sucedió a la protagonista de este artículo, Doris Troy (nacida en N.Y. en 1937 y fallecida en Las Vegas en 2004). Hija de un predicador baptista, desde muy joven quedó vinculada al mundo de la música, gracias a su extraordinaria voz y a su versatilidad al piano en estilos como el blues, el góspel o el soul.

En 1963 ficha por Atlantic Records donde triunfa con “Just one look” (que un año después también se convertirá en un éxito en la versión de The Hollies). Durante el periodo 1965-70 formará parte del grupo femenino Sweet Inspirations, por donde pasarán vocalistas como Dionne Warwick, Estelle Brown o la madre de Whitney, Cessy Houston, formación que se especializará en hacer coros para leyendas como Elvis Presley, Van Morrison, Aretha Franklin, Wilson Pickett o The Bee Gees.

Doris viajará con asiduidad a UK desde 1965, tras triunfar en las islas con el tema “Whatcha gonna do about it”, hasta establecerse definitivamente en 1969 como prestigiosa corista y arreglista. Contribuirá con su voz a temas de los Stones (“You can’t always get what you want”), Nick Drake (“Poor Boy”), Carly Simon (“You’re so vain”), Pink Floyd (”The dark side of the moon”), etc.

En el verano de 1969, es invitada por su amiga, la vocalista Madeleine Bell, a asistir a las sesiones de grabación del primer álbum de Billy Preston (“That’s the way God planned it”). Allí se queda sorprendida al conocer a George Harrison, fan de su obra, que le ofrece un contrato para grabar en Apple Records.

Tras su fugaz experiencia en Atlantic Records, Troy tiene las cosas muy claras y formaliza un triple contrato con su nuevo sello: Como artista, compositora y productora. De esa forma, pudo disponer de su propia oficina, con piano incluido, e iniciar las labores de composición, que continuarán en la casa de Harrison, en Surrey. Doris trabajará en dicho álbum en la segunda mitad de 1969, grabándolo en los estudios Trident y Olympic de Londres.

Aunque la producción corrió a cargo de Doris y George, Harrison le cedió gentilmente los créditos a la vocalista afroamericana, salvo en “Ain’t that cute”. El “Beatle” se encontraba, probablemente, en el momento más creativo de su carrera y compatibilizó esas sesiones con otros proyectos: El citado Billy Preston, el “Abbey Road”, el debut de Leon Russell, el “Instant Karma” de la Plastic Ono Band o la preparación de su ambicioso triple álbum “All things must past”.

Las sesiones de grabación fueron totalmente espontáneas; gracias a los numerosos contactos de Harrison, fueron incorporándose progresivamente al proyecto la flor y nata de la escena de aquella época: Ringo Starr, Eric Clapton, Klaus Voormann, Peter Frampton, Delaney & Bonnie, Billy Preston, Bobby Whitlock, Jim Gordon, Alan White (Yes), Stephen Stills, Leon Russell, etc .

El álbum resultante, titulado simplemente “Doris Troy”, es un brillante compendio de temas que basculan entre el soul, funk, góspel y r&b, con una producción netamente rockera y que fue publicado en septiembre de 1970 en UK (en Noviembre en USA). La elegante portada muestra a la vocalista sentada al piano en una instantánea tomada por Mal Evans, el asistente de The Beatles.

Dicho trabajo se inicia con el vibrante “Ain’t that cute”, una de las colaboraciones con Harrison, que se convirtió en el primer sencillo. Aunque no tuvo el éxito esperado, fue votado como mejor single soul por los lectores del Melody Maker. A continuación “Special care”, el clásico de Stephen Stills (de los tiempos de Buffalo Springfield) que Doris transforma de la languidez original en una revitalizada versión.

Give me back my dynamite” es un potente blues del inspirado tándem Troy-Harrison, mientras que “You tore me up inside” y “Don’t call me no more” son dos antiguas colaboraciones junto al guitarrista de blues Ray Schinnery, y que, con regusto amargo, tratan sobre relaciones rotas.

La cuota de versiones viene representada por la popular “Games people play” de Joe South, en una brillante adaptación góspel, el relajado standard de los años treinta “Exactly like you” y la tradicional “Jacob’s ladder”, en una enérgica cover que se publicó como segundo single.

Gonna get my baby back” y “You give me joy joy” son dos electrizantes temas compuestos por Doris junto a Harrison, Ringo y Stills, mientras que en la adictiva “I’ve got to be strong” comparte créditos con otro fichaje de Apple Records, Jackie Lomax.

Hurry” es una intensa composición recuperada de la época de Atlantic Records con su colaborador Greg Carroll (“Just one look”) y “So far” es la joya del álbum, un desgarrador tema compuesto junto al prestigioso bajista Klaus Voormann, con un solo de guitarra absolutamente sublime.

Tanto a la reedición de 1992 como la más reciente del 2010 se le han añadido unos sugestivos bonus tracks: El irresistible single compuesto junto al gran Billy Preston, “All that I’ve got (I’m gonna give it to you)”, un arrollador homenaje a The Beatles (“Get back”, cara b de “Jacob’s ladder”), dos inéditos de Doris, la inspirada “Dearest Darling” y la curiosa “What will you blues” (versión instrumental con voces improvisadas de “Give me back my dynamite”) y una versión de Leon Russell (“Vaya con dios”, cara b de “Ain’t that cute”).

Doris Troy se sentía muy orgullosa del álbum que había grabado, fiel reflejo de su fuerte personalidad, y de poder asociar su nombre con el de The Beatles; pero desafortunadamente, al igual que le sucedió al magistral “Encouraging words” de Billy Preston, y a pesar de las fantásticas críticas recibidas, sufrió la falta de promoción de Apple Records, envuelto en un declive progresivo por la ruptura del cuarteto de Liverpool.

NO MUSIC. NO LIFE. PLAY IT LOUD, MUTHA! FUCK YOUR SPEAKERS. MAKE ART NOT FRIENDS. MUSIC IS MEDICINE

Discos olvidados en nuestra sección Discos olvidados.

Texto por David Rodríguez Araujo.

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