¡Justicia para Donnie Vie!

Donnie Vie Beautiful Things disco

Supongo que casi todos nos sentimos atraídos por la figura del perdedor, por esa estela de fatalidad y tragedia que deja tras de sí. En este caso concreto, músicos con talento que por una serie de circunstancias nunca llegaron a tener el reconocimiento o la carrera que merecían, arrastrando un halo de malditismo a su alrededor; y si, finalmente, lo han obtenido les ha llegado, por desgracia, tras su muerte. No es el caso de nuestro protagonista de hoy, que sigue vivito y coleando y que, lamentablemente, sigue siendo uno de los secretos mejor guardados. Con todos ustedes, el gran Donnie Vie.

Vocalista de una de tantas bandas infravaloradas de los noventa, como fueron los malditos Enuff Z’nuff, Donnie siempre ha sido un puto desastre en el más amplio sentido del término, el clásico artista alcohólico, drogadicto y pendenciero que ha gestionado su carrera como el ‘ojete’. Pero cuando este tipo se olvida de sus problemas de toxicómano, se centra y se sienta al piano, ¡ay, amigos!, ahí es cuando surge la magia y se saca de la chistera melodías conmovedoras que no están al alcance de cualquiera.

El hecho es que cuando creíamos que recuperarlo era un utopía, tras un complicado proceso de crowfunding que, según las malas lenguas,  necesitó una inyección final de dinero por parte de su hermana, vio la luz ‘Beautiful things’ (2018), un trabajo casi a la altura del portentoso ‘Wrapped around my middle finger’ (2012). Si en éste el balance se decantaba hacia temazos más hard rockeros, su nuevo álbum se centra más en el pop y su amor incondicional por los Beatles.

Olvidémonos por un momento de la cochambrosa portada, formada por fotos de los fans que aportaron pasta para que el proyecto viese la luz y que parece diseñada por su peor enemigo o ese indigno video amateur rodado por un estudiante de audiovisuales que provoca vergüenza ajena. Cuando empieza a sonar su música te olvidas de esos insignificantes detalles. Escuchas ‘Beautiful things’, el majestuoso tema que abre el disco y te das cuenta que estás ante un pequeño clásico, pura ambrosía para los oídos, con esas armonías marca de la casa.

Pero es que a continuación te encuentras con ‘Plain Jane’ o ‘Breaking me down’, dos pelotazos power pop de muchos quilates por los que hubiese matado el gafotas de Elvis Costello en su primera época. En cambio, si ‘I could save the world’ o ‘Fly’ no consigue emocionarte, es que tienes un ladrillo donde deberías tener instalado el corazón.

Y qué decir de la maravillosa y versátil voz de Donnie, que ni los malos hábitos han conseguido deteriorar, contundente y áspera cuando encara composiciones más rockeras, pero dulce y sensible cuando se inclina hacia el pop. Un disco excelso en su primera mitad que sólo baja ligeramente el nivel en su segunda parte, pero que se merece un notable alto. En fin, dudo que a estas alturas esta nueva colección de canciones lo saque del anonimato pero en todo caso: ¡Justicia para Donnie Vie!

NO MUSIC. NO LIFE. PLAY IT LOUD, MUTHA! FUCK YOUR SPEAKERS. MAKE ART NOT FRIENDS. MUSIC IS MEDICINE

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