Mavis Staples (1969) – Only for the Lonely (1970)

Mavis Staples (1969) - Only for the Lonely (1970) discos review

Paralelamente a una institución del gospel-soul como fueron The Staple Singers, su vocalista principal, Mavis, decidió iniciar una intermitente carrera en solitario cuyo primer paso le haría recalar en Volt Records, la subsidiaria de Stax. Su tarjeta de presentación sería el homónimo ‘Mavis Staples’ (1969); producido por el mítico Steve Cropper y grabado en Memphis con la flor y nata de los músicos en los Muscle Sound Studios a su servicio (Isaac Hayes, Eddie Hinton, David Hood, Roger Hawkins, Barry Beckett, etc), sin ser un mal álbum, adolece de falta de personalidad, de profundidad o de ese algo intangible que convierte la experiencia de escuchar música en algo realmente mágico.

Un puñado de temas que basculan más hacia el pop que hacia el soul, entre los que encontramos versiones de Otis Redding (Security, Good to me), Sam Cooke (You send me)o del archiconocido ‘Son of a preacher man’, entre otras y que, salvo ‘A house is not a home’, una maravilla de canción del infravalorado compositor Freddie Briggs (el cual se merecería un artículo aparte) y popularizada con anterioridad por Dionne Warwick, se dejan escuchar con agrado pero no llegan a pellizcar; rozan el poste si utilizásemos el argot futbolístico.

Lo que es la perspectiva del tiempo y haciendo un ejercicio de honestidad: En 2020, el debut de Mavis sería el álbum soul del año pero para el nivelón que se estilaba en 1969 suena bastante convencional y domesticado.

Harina de otro costal serían las sesiones que Mavis llevaría a cabo sólo unos meses después en ese mismo año, conformando un segundo trabajo donde sí daría con la clave, el fascinante ‘Only for the lonely’ (1970).

Curiosamente, si algo llama la atención es que no comparte el sonido grasiento y carnal característico del mítico sello de Memphis, sino que grabado prácticamente en los legendarios United Studios de Detroit de la mano del brillante productor Don Davis (el tipo que, incomprensiblemente, rechazó al aplastante trío punk Death) suena más sofisticado y lleno de matices, lo que provoca que quizás no cale en las primeras escuchas.

Un repertorio seleccionado con absoluta minuciosidad, unas suntuosas orquestaciones cuando se hacen necesarias y la portentosa voz de Mavis, que canta con una convicción inusitada, oscilando entre el dramatismo y la sensualidad, hacen el resto. Una experiencia sobrenatural dejarse llevar por composiciones como la desdichada ‘I have learned to do without you’, el descarnado blues, ‘Since I fell for you’ o la temperamental ‘What happened to the real me’, por citar tres, en un disco descomunal a reivindicar y a años luz de sus, por otra parte, disfrutables lanzamientos actuales…

NO MUSIC. NO LIFE. PLAY IT LOUD, MUTHA! FUCK YOUR SPEAKERS. MAKE ART NOT FRIENDS. MUSIC IS MEDICINE

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