Joe Satriani se reencontraba con el público madrileño presentando su gira «Earth Tour 2023». El concierto que tuvo que ser re-programado en varias ocasiones a causa de la pandemia por fin se hizo realidad. Un lleno pletórico en la Riviera, «Entradas Agotadas», acogía con los brazos abiertos a uno de los guitarristas referentes a nivel mundial. Poca presentación hay que hacer de este dinosaurio de las seis cuerdas, su dilatada carrera, su virtuosismo y su afán por una constante evolución le ha llevado a estar en el pedestal de los mejores guitarristas del mundo. Inmejorable distribución del extenso listado de temas dando un repaso a toda su carrera y las nuevas composiciones que componen su último lanzamiento «Elephants Of Mars».
Todos los temas fueron interpretados con extrema delicadeza y pulcritud originando melodías que llegaron al oyente en una exquisita sensación, tanto auditiva como visual (vídeos amenizaban cada tema). Satriani, como viene siendo habitual, mostró el perfecto dominio de todas las técnicas a las seis cuerdas, literalmente hace lo que quiere. Sabe cuando tiene que explotar al máximo los recursos de su guitarra, desgastando los temas con excesivos y estridentes solos, seña de identidad, yo me quedo con el virtuosismo melódico y dejo de lado los chirriantes riffs. Insuperables interpretaciones, ajustándose a su estructura original, mostraron a un Satriani rebosante de versatilidad. Cada partitura carece de normalidad, todas tienen identidad propia, la música de Satriani es comunicativa, el vínculo perfecto para crear momentos culminantes.
Los momentos más álgidos y entrañables de la noche surgieron cuando dos mil gargantas unísonas corearon los temas más emblemáticos del estadounidense. Su incesante creatividad y ahínco le ha llevado a lograr composiciones de lo más eclécticas aprovechando cualquier elemento de jazz, rock progresivo, heavy, blues… para acuñar su sello de identidad. Méritos propios los de Kenny Aronoff a la batería, Bryan Beller al bajo y Rai Thistlethwayte a los teclados, que acompañaron al maestro, poniendo en evidencia el motivo de ocupar semejante puesto. Un concierto de esta índole, donde la guitarra es el único medio comunicativo y de larga duración (casi tres horas con descanso de quince minutos), puede llegar a hacerse pesado. No fue el caso, Satriani supo enfocar el concierto para que se hiciese de lo más placentero. Una vez más hacemos reverencia al gran «Satch», que demostró el pasado 2 de Junio en Madrid que sigue siendo el mejor.
Fotos y Texto: Angel Manuel Hernández Montes y J. Carceller.