El artista volvió a España por primera vez desde 1976 y lo hizo en el Starlite de Marbella, expandiendo su universo poético y lleno de esperanza.
Me encantaría empezar hablando de lo majestuoso que fue el concierto de Yusuf Islam / Cat Stevens el pasado miércoles pero se me hace imposible darle su merecido comienzo debido a la organización del mismo.
Tardamos más en llegar al concierto desde Marbella e irnos de él, que en disfrutarlo. O bien porque la organización no estuvo acertada o bien porque era el primero de muchos conciertos a los que se enfrentaba el Starlite este verano y les faltaba algo de perspectiva. Lo que dejó bien claro es que no estaba bien acondicionado en lo que a número de aparcamientos se refiere, por lo que fue imposible conseguir sitio, a menos que llegaras 2 horas antes. Volveremos a hablar del Starlite un poco más adelante, pero ahora vamos a centrarnos en lo interesante…
El regreso esperado de Yusuf Cat Stevens
El artista volvió a España y lo hizo en la noche del 21 de junio, en Marbella, después de 47 años sin venir según datos del propio festival. Desconocíamos la razón, aunque el mismo Yusuf bromeó (o no) con que su última vez se había roto la pierna, y en consecuencia el tobillo, y la recuperación había sido bastante dolorosa. Esperemos que lo que se haya roto la noche del miércoles, sea la maldición. Recordemos que tampoco pudo venir a Barcelona debido a la COVID.
Algo más tímido e inseguro con sus temas nuevos y bromeando con ello, pero haciendo alarde de una gran discografía a sus espaldas, nos ofreció un viaje entrañable por todos sus hits con un setlist de hora y media, dejándonos con muchas ganas de más. Faltaron algunos temas, pero a este señor se le perdonamos todo, Sad Lisa o Katmandú entre otros. Fue un concierto tranquilo, sin muchas sorpresas en el escenario y con unas proyecciones que incluían, entre otras imágenes, dibujos, títulos y letras de algunas canciones, a veces con fotos superpuestas del artista de joven o de otros artistas a los que versionó durante la noche.
A las 22:20 de la noche aparecía así, y acompañado de 4 músicos (percusión, guitarra, bajos y teclado), el mismísimo Yusuf en carne y hueso, con gafas de sol redondas y bajo una gran ovación. Las redes sociales de Twitter indicaban que se habían acercado seguidores de varias partes del mundo para no perderse esta velada, y contra todo pronóstico en un festival de chafardeo máximo, se guardó un silencio sepulcral durante la misma, salvo cuando se tarareaban las canciones más conocidas, pero tímidamente.
Crónica y setlist en Marbella, 21 de junio
Arrancó esta noche histórica con una de las favoritas «The Wind», seguida de un medley con otras tres canciones emotivas y bien conocidas por todos, «I love My Dog», «Here Comes My Baby» y «The First Cut Is The Deepest», acompañado ya por dos chicas coristas que estuvieron con él hasta el final.
El concierto se iba haciendo más y más conmovedor a medida que avanzaba y nos deleitaba con otros hits como «Moonshadow» y «Matthew & Son» (el primer sencillo de su primer álbum). Abandonando su guitarra y ya al teclado, le siguieron «Oh Very Young» y «Sitting». Empezaba así el desfile de proyecciones cautivadoras que continuó con «Tea for The Tillerman» y «(Remember The Days of the) Old Schoolyard». Imposible olvidar ese yoyó que sujetaba con forma de macaroon en sus imágenes proyectadas y que es la portada de Izitso.
A su mujer, presente en el festival, le dedicó la canción «Hard Headed Woman». En algún momento de la noche, las fans le gritaron “I Love You” a lo que respondió «que no tenían posibilidades porque su mujer estaba allí», un guiño que ocasionó algunas risas y aplausos.
Momento cautivador cuando su guitarrista abandonó su eléctrica y su acústica para acompañar a la banda con una guitarra española en «O’ Caritas», canción en latín con imágenes del mismísimo Coliseum de fondo. A continuación llegó la esperada «Trouble», tema que afirmó haber compuesto en Málaga, pero que algunos murcianos cercanos a mí reclamaron con el orgullo herido, ser conocida por su luna mazarronera.
A continuación, se abrió la noche a cuatro de sus canciones protesta. Primero «All Nights, All Days» donde la letra critica irónicamente cómo “los ricos cobran impuestos a los pobres”. Segundo, y con unas imágenes grandilocuentes en stop motion, alzaba su segunda canción protesta contra los políticos en Londres, «Do Not Feed the Zoo». Para los que no lo sepáis, su siguiente tema, «Morning Has broken» es un himno cristiano publicado por primera vez en 1931 y cuya autoría pertenece a la inglesa Eleanor Farjeon. Y por último, llegó su canción íntima más reciente «Take The World Apart» invitándonos a no salir corriendo y subiendo al escenario a tres nuevos instrumentistas de viento, saxofón, trompeta y trombón de varas, que le acompañaron también hasta que concluyó la actuación.
Poniendo de manifiesto su amor a The Beatles, llegó «Here Comes The Sun» escrita por George Harrison, y por si alguien no lo sabía, ya las imágenes de fondo lo dejaban bien clarito. Ovación incluida para esta maravillosa versión, seguida de «Don’t Let Me Be Misunderstood» de Nina Simone.
Intercalando con «Peace Train» y abogando por una visión optimista y futurista, continuó con dos canciones nuevas, «Highness» y «Pagan Run», canción de rock que escribió en una época muy complicada de su vida y que en palabras de Yusuf: “es una de las mejores canciones que he hecho en mi vida”.
Los seguidores aclamaban temas conocidos en esta rectal final, a lo que Cat Stevens respondía en clave de humor: “hoy me viene mal, pero seguro que en otro momento”. Y por fin, con un esperado bis y levantando de nuevo la ovación del público, el concierto llegó a su recta final con cuatro de sus canciones más ansiadas «Wild World», «Father And Son», «Maybe There´s a World» and «If You Want To Sing Out, Sing Out», donde por fin sacamos todos el cantante que llevamos dentro.
Dos nombres en un tránsito finalmente aceptado
Aunque el artista es más conocido por sus álbumes en la década de los 70, incluyendo Teaser and the Firecat, Catch Bull at Four, Foreigner o Tea for the Tillerman, saboreamos también temas nuevos de Kind of Land, una banda exquisita y a un Yusuf zen, tranquilo y muy sonriente.
Por si acaso, recordemos que Stevens nació como Steven Demetre Georgiou en Londres, pero se convirtió al islam en 1977 después de una experiencia cercana a la muerte y adoptó el nombre de Yusuf Islam. Se retiró del ojo público en 1980, tras ver incompatibles su fé y su carrera.
A sus 75 años y tras una década para desarrollar King of a Land, actuará también el 25 de junio en la Legend Slot de Glastonbury. Un chisme: el organizador de Noches del Botánico se dejó caer por el recinto de Starlite, ojalá con la intención de hacerle volver el año que viene pero esta vez a Madrid.
Odisea en la cantina
Dando por concluida mi crónica y agradecida una vez más a Jorge T. Gómez por sus fotos, insisto que lo que van a tener que adoptar los del Festival Starlite son, este caso, medidas para bajar el precio de sus bebidas y aumentar el espacio de su parking, además del número de autobuses en horas punta. Había, y hay, que subir y bajar obligatoriamente en shuttle desde la puerta del recinto al escenario y viceversa, ocasionando auténticas odiseas en el espacio, bueno en este caso odiseas en una cantina tipo Asteroid City, eso sí, bastante apañada y agradable. Mi recomendación: un caminito a pie para los más atléticos, bien alumbrado para ahorrarnos la espera.
Una última anotación. Desde mi perspectiva más personal, mi cerebro no deja de cortocircuitar al incluir en el cartel del Festival a artistas como Cat Stevens, Norah Jones, Wilco o Iggy Pop con otros como Melendi o Mónica Naranjo. Ahí lo dejo, aunque lleva años siendo así y se ve, que funcionar, les ha funcionado…
Fotos de Jorge T. Gómez y Ana Dara Peña Giraldo
Texto de Ana Dara Peña Giraldo