Curioso el caso de la singer songwriter Pamela Polland. La suerte (y su indudable e ineludible talento, of course) que la acompañó en la gestación de su sensacional debut le fue esquiva en el remate del segundo. Un más que injusto ostracismo que no empaña en absoluto el resultado inicial: «Pamela Polland«(1972) es una auténtica delicia.
Nacida en California en 1944, desde pequeña siente una gran pasión por la música, iniciando su aventura encima de las tablas tocando versiones de Blues en dúo junto a un quinceañero guitarrista llamado Ry Cooder…Un par de años más tarde forma con el cantante Rick Stanley The Gentle Soul, grabando un disco homónimo en 1968, un clásico y disfrutable artefacto de la época producido por Terry Melcher, que mezcla folk, pop y psicodelia.
Después pasará a formar parte de la troupe de los «Mad Dogs and Englishmen» de Leon Russell y Joe Cocker, perfecto preludio de la grabación de su primer disco, a caballo entre San Francisco y Nashville, y bajo el ala protectora del todopoderoso Clive Davis parirá un álbum tan calidoscópico como personal, tan cálido como natural, y sobretodo emocional.
Acompañada de una desmesurada constelación de músicos de otro planeta (Eddie Hinton,Taj Mahal, David Briggs y Nicky Hopkins entre muchos otros), Pamela se sitúa entre Carole King y Laura Nyro, con el piano en primer plano, letras cercanas y una instrumentación de manual. Es uno de esos discos que siempre apetece escuchar: quizás no es una obra maestra, pero siempre acompaña y reconforta, que no es poco.
Aunque el álbum no es un súper éxito tiene un muy buen recibimiento por parte de la crítica y Clive Davis la envía a Londres para grabar un segundo LP con la banda de Elton John como soporte. Al no visualizar ningún single en potencia Davis la hace regresar a L.A. para añadir un par de canciones con Russ Kunkel y Leland Sklar de sección rítmica, cuando sorpresivamente Davis es despedido de CBS. Lo que sucedió a continuación es digno de película.
Con la discográfica sumida en el caos, reniegan de la etapa anterior de la dirección y sepultan en las catacumbas de la compañía un disco totalmente terminado, artwork incluido. Al poco tiempo Polland se muda a Hawái donde grabará discos de new age, espiritualidad y similares, muy lejos ya del mundanal ruido.
Durante mucho tiempo busca su obra extraviada sin resultado alguno, dándola por desaparecida para siempre…
Pero en 2013 , y en un cinematográfico giro de los acontecimientos su amigo y escritor Charles Donovan publica un artículo sobre Pamela y el oscuro destino del álbum perdido, y un par de días más tarde recibe un e-mail de un trabajador de Sony en Inglaterra afirmando que tiene los másters del disco delante suyo. Pura justicia poética.
Después de una profunda restauración y remasterización, la obra vio por fin la luz en 2019 en una edición doble junto al debut de Polland. Su título? : Have You Heard The One About The Gas Station Attendant?….
