Hablamos del álbum debut de Henry Paul, el cantante de los fantásticos Outlaws como Henry Paul Band con «Grey Ghost» lanzado en 1979. Paul, no de los miembros originales de los fantásticos The Outlaws, después de 3 grandes álbumes, se volvió solista y los Outlaws fueron cuesta abajo.
Rara vez este disco de Henry Paul Band aparece en cualquier mesa redonda sobre el rock sureño, de hecho, es uno de los mejores álbumes del sur de los 70. Naturalmente, hay mucho más en este disco, a caballo entre el soft rock de finales de los 70. Si los Doobie Brothers o The Eagles hubieran lanzado temas como «Cross Fire» o «Foolin», sin duda habrían sido éxitos rotundos.
«Grey Ghost» grabado en los estudios Criteria Recordings en Miami, captura toda la energía de los Outlaws, boogie sureño, cuatro guitarras como cañones, dos baterías y un piano para lo sutil. Donde la poco más de media hora de duración del disco la música retumba con una intensidad increíble y las letras, abarcan desde beber y armar un infierno hasta, bueno, beber y armar un infierno.
Country, folk y rock’n’roll en «Foolin’, «You Really Know What I Mean», banjos y pianos voladores y boogie woogie en «Lonely Dreamer y One Night Stands» e inflexiones en Laurel Canyon, donde artistas como Furay, Souther, Hillman o Crosby hubiesen firmado y armonizado hasta el amanecer en temazos como «‘So Long, All I Need, y Crossfire», posiblemente anterior a la música americana en una década.
Este es el álbum que los Outlaws desearían haber hecho. Southern Rock en su máxima expresión. «Grey Ghost» es un tributo al fallecido Ronnie Van Zant de Lynyrd Skynyrd. Este álbum es uno de mis álbumes favoritos de rock sureño. En su conjunto, los 10 temas del disco son un microcosmos musical que nunca cae en el sentimentalismo y la pasión de Paul está marcada por ráfagas de solos de guitarra incendiarios que aumentan hasta convertirse en un ardiente asalto de guitarras gemelas, iluminando cada canción como un espectáculo de fuegos artificiales. Obra Maestra.