Ibrahim Maalouf, un villano del jazz de lo más showman | Crónica del concierto en Teatros del Canal

Ibrahim Maalouf and his guitarist Francois Delporte

Acompañado por el veterano belga François Delporte a la guitarra eléctrica, Ibrahim Maalouf colgó el cartel de completo en Madrid, en una noche donde alternó distintos paisajes sonoros al piano y a la trompeta junto con su expansiva conversación.

Ibrahim Maalouf siempre se ha identificado como un artista en constante evolución y así lo ha puesto de manifiesto en el concierto de hoy en Teatros del Canal en el marco de Villanos del Jazz – Festival Internacional de JazzMadrid2023.

Es casi inaudito que un trompetista moderno salga del nicho del mundo de los clubes de jazz e Ibrahim lo hace. En Francia incluso llena estadios. Su música no suena como la del típico trompetista y tampoco su espectáculo lo es.

El Sr. Maalouf creció escuchando la música árabe y clásica de la trompeta de su padre y el piano de su madre. Y así nos deleitó esta noche, con un concierto de lo más variopinto pero de profundas raíces franco-libanesas donde alternaba un piano de cola negro y su trompeta, inventada por su padre, la trompeta microtonal. Ejemplo de ello fue su conmovedor tema «Red & Black Light».

Convertido en un showman que no paraba literalmente de hablar, en inglés, desde el humor y el sarcasmo, y acompañado de su compañero y amigo durante 13 años, el veterano belga François Delporte a la guitarra eléctrica, ofreció un concierto más íntimo o como él mismo explicó, menos vacío. Seguramente la palabra “íntimo” no sería la más adecuada para describir la noche de hoy pero desde luego sí que fue un concierto de lo más original, donde tuvimos que tararear, bailar, alumbrar la sala con nuestras linternas del móvil o jugar a las adivinanzas.

Hicimos un viaje por distintos paisajes sonoros donde hubo referencias a su álbum 40 melodies en el que apuntó que la audiencia era el auténtico regalo de su 40 cumpleaños, fecha en la que compuso este disco.

Un momento de los más singulares de la noche llegó con la interpretación de “Lilly-wil be soon a woman”, inspirada en el viaje de las edades de su hija. Durante su desempeño se tomó la molestia de explicarnos las primeras etapas de su crecimiento, que iban desde el momento en el que no paraba de usar pañuelos, pasando por el colegio o la rebeldía de la adolescencia, hasta su primer amor…todo para acabar yendo de decepción en decepción a terapia. Toda esta argumentación se daba mientras Ibrahim Maalouf interpretaba las melodías de cada etapa con su trompeta.

El instante más pintoresco de la noche surgió con su himno a la libertad: “La libertad es contagiosa” explicaba, a la vez que nos hacía compartir y tararear su melodía una y otra vez, para concluir lanzando un mensaje de apoyo a todos los niños que no pueden gozar de ella en los duros momentos en los que nos encontramos.

También hizo su pequeño homenaje a Louis Armstrong, interpelando una vez más a la audiencia a seguirle con su pieza musical imitando al gran trompetista estadounidense, pero primero había que entonarla en chino, árabe, español y francés. Así sucedió y así os lo estamos contando.

Como plato fuerte hubo una sorpresa o white lie, mentira piadosa como explicó Ibrahim, justificando que desde el principio nos había confirmado que solo serían dos artistas esa noche pero que nos había engañado adrede. Este evento inesperado fue la aparición en escena del saxofonista Mihaï Pirvan. “Espero que cuando sea el saxofonista más famoso de todos los tiempos se acuerde de mí y me invite a tocar con él”. Los tres juntos ofrecieron el momento más extraordinario de la noche.

Antes de su último tema, Ibrahim volvió a bromear con los cambios de temperatura de su trompeta donde puede parecernos que escupe al suelo desde dentro del instrumento, a diferencia por ejemplo de Miles Davis que usaba un pañuelo para que no cayera a la vista de todos. ¿No salís de vuestro asombro con estas anécdotas? ¡Nosotros tampoco!

Esta noche de lo más singular concluyó con su “All I Can’t Say” junto a una gran ovación del público. Un público que en general le quiere pero que hace que los puristas lo encuentran demasiado convencional.

Para nosotros fue sin duda un espectáculo inolvidable capaz de invocar distintas sensaciones que van desde la alegría a la meditación gracias a su instrumentación profesional y su implicación con la audencia. ¡Muchas gracias por este concierto, Sr. Maalouf!

Fotografías de Jorge T. Gómez.

Especial agradecimiento a Maite Moreno de Villanos del Jazz.

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