Mike Stern Band se anunciaba como uno de los nombres más importantes dentro de la programación del Festival Internacional de Jazz de Madrid en colaboración con Villanos Del Jazz. Se registró una entrada más que aceptable logrando ocupar alrededor de las tres cuartas partes de la Sala Guirau del Teatro Fernán Gómez. Abordaron un concierto donde comprimieron 50 años de carrera en algo más de hora y media. Cosa difícil verdad?? Pues sí, la actuación del 8 de Noviembre en Madrid fue un preciso repaso a una trayectoria marcada por el prestigio de estar entre los guitarristas más importantes de todos los tiempos. Un concierto orientado a abarcar todos los palos que Mike Stern ha interpretado en su dilatada carrera. Una representación unificada de Jazz, Rock y Blues por unos instrumentistas del más elevado nivel.
Inicio marcado por la creatividad de Leni Stern tocando el n´goni (instrumento africano) y cantando para dar paso a la dispersión de acordes y melodías. El guitarrista estadounidense dirigió en todo momento el curso de cada tema dando cobertura a todos los músicos, incluso dejar rienda suelta a la improvisación. La maestría y madurez compositiva de Stern se ve reflejado tanto cuando muestra su lado más sensible como cuando sus frágiles dedos perfilan su característico brío con la guitarra. La magia del jazz marcó el desarrollo del concierto donde la complicidad entre todos los músicos se vio marcada por los pertinentes intercambios entre ellos. La unificación sobresalió ante la individualidad, el máximo ejemplo de como la destreza fusionada se moldea a golpes de un cautivador jazz.
Resaltar la magistral pegada a la batería de Dennis Chambers junto a Lincoln Goines al bajo y la guitarra de Leni solidificando la base rítmica. Los colosales solos de saxofón a cargo de Bob Franceschini seguían el rastro marcado por la complejidad de la musicalidad de Stern. No vimos el lado más indómito y eléctrico de Stern sino la delicadeza y emotividad destacó en todo momento consiguiendo un elegante compuesto sonoro que caló hondo entre todos los que estuvimos presentes. Mike Stern mantiene esa eterna sonrisa y mostró todo su agradecimiento hacia el público madrileño. El público correspondió poniéndose en pie y con grandes ovaciones obligaron a deleitarnos con una última pieza que podría haber sido la penúltima si el clamor hubiese persistido.