Hannah White edita «Sweet Revolution», la culminación del mejor año en su carrera. La artista londinense comenzó consiguiendo en enero pasado el premio de «Mejor Canción del Año» en los Premios de la Americana Music Association UK con su gran «Car Wash». Aquel tema autobiográfico, perteneciente a su cuarto álbum «About Time», la puso en nuestro radar. «Sweet Revolution» es el disco que tiene que llevarle a ser conocida más allá de las islas.
El álbum está producido por Michele Stodart (bajista de los Magic Numbers), bajista habitual de su banda de directo. También son mujeres Holly Carter (pedal steel) y la batería Emma Holbrook. Completan la banda su marido Keiron Marshall en las guitarras eléctricas y Lars Hammersland (teclados). Todas las composiciones fueron escritas por White, que también toca guitarra acústica, dulcimer y didgeridoo. Entre los invitados, Beth Rowley, Daisy Chute y el líder de Deacon Blue, Ricky Ross. El disco ha sido editado por The Last Music Co.
Escucha «Sweet Revolution» de Hannah White aquí:
Este disco amplía y mejora los sonidos de americana noir de su disco anterior, que recibió estupendas críticas en UK. Cuando Ricky Ross (Deacon Blue) escuchó «Broken Bird», la versionó en su programa de BBC Radio Scotland, invitó a Hannah a ser telonera de su solo tour de 2022 y ahora es uno de sus principales valedores. Es la culminación de un largo camino que empezó en su natal Sidcup (barrio al sudeste de Londres que también vio nacer a John Paul Jones). Pronto comenzó a tocar el piano y el violín gracias al municipio, que ofrecía lecciones de música gratuitas a familias con beneficios sociales. Nunca tuvo fácil nada y la música le ayudó a superar algunos de los momentos más oscuros. «No sé qué estaría haciendo sin ella. Creo firmemente que si todos tuvieran estas oportunidades, la vida de muchas personas podría transformarse”.
El primer sencillo del nuevo álbum, «Chains Of Ours», es una de nuestras canciones favoritas del año. Su percusión inicial de paso a una melodía muy Fleetwood Mac que desemboca en un estribillo mágico. En él aparece como música invitada Daisy Chute (artista folk de la escena londinense) al banjo. El disco se beneficia también del gran trabajo de guitarras de Keron Marshall. En «Hail The Fighter» consigue que flote en el ambiente un tono muy Calexico. Un blues desértico que es un canto a la lucha contra las adversidades.
En «Ordinary Woman» se acerca más a las baladas de country pop de finales de los 60s en un tema perfectamente arreglado, con un gran trabajo al violín de Basia Bartz, logrando que suene a clásico. Una mujer sencilla aprendiendo a envejecer (“Soy una mujer común y corriente, y no estoy segura si eso es suficiente/Pero si lo es te daré todo mi amor”).
Holly Carter brilla en la pedal steel de «One Night Stand», otra de las canciones más destacadas de este trabajo, donde vuelve a cantar a la gente normal, la que lucha por salir adelante cada día en circunstancias difíciles. (Estoy caminando hoy/Con las manos dentro de los bolsillos para darme un respiro de las pruebas de las almas arruinadas y arruinadas, recordándome que soy el siguiente en la cola”).
El álbum no baja el nivel en ningún momento, pasando de sonidos más experimentales («One Foot») a temas mucho más canónicos («Right On Time», «Rosa»). El final, con la fantástica «A Separation», es un dueto con Ricky Ross (Deacon Blue). Una canción agridulce sobre una relación que está desvaneciéndose poco a poco. «Hay una distancia entre nosotros/ Incluso cuando sonríes, frunces el ceño/ el resentimiento crece y crece”.
“Esta es una colección de canciones sobre cómo pasar de crecer en un piso social y toda la desesperanza, tristeza y soledad que conlleva la falta de vivienda y luego encontrar una sensación de poder a través de las palabras y la música y convertirse en artista. Esta es la dulce revolución en mi vida”.
Un disco estupendo, reflejo del buen trabajo de la escena británica, con artistas y bandas que no tienen nada que envidiar a las que llegan del otro lado del charco. Además, nos llega desde una intérprete que ha luchado mucho para poder conseguir el reconocimiento que, por fin, le está llegando. Un disco que no deberíamos dejar pasar.
Hannah White Sweet Revolution