(Casi) treinta años después de su edición aún dudo en situar a “Vitalogy” a la altura de los dos primeros discos de la banda de Seattle. “Ten” y “Vs.” son dos tótems que sustentan la posición de privilegio de Pearl Jam en la historia del rock, obras de arte que no solo aguantan el paso del tiempo, sino que sobresalen como perfectos axiomas de un momento de rabia y cambio. Diría que está solo medio escalón por debajo. Sobre lo que no tengo dudas es que este tercer LP fue su prematuro canto del cisne.
Porque “No Code”, “Yeld” o “Binaural” son buenos discos, pero ni por asomo legendarios. Y seamos sinceros, todo lo que vino después es producto del piloto automático, obras que no son malas pero que no aportan demasiado, y que caen lenta (o rápidamente) en el olvido.
Una falta de inspiración que han suplido en directo, al principio con intensidad y en los últimos tiempos con la baza de un cancionero irrepetible que llena de nostalgia y lágrimas a sus fans. Un acomodamiento que ha tenido su cenit estos días con los polémicos precios de las entradas de su próxima gira europea: los abanderados de la lucha contra el más salvaje capitalismo (Ticketmaster) al final han sucumbido a la tentación.
Como los punks de finales de los 70’s que atizaban a toda la sociedad consumista, el poder del dinero ha sido demasiado tentador. ¿Pierden fuerza sus viejas canciones de rebeldía y furia? No. ¿Tiene sentido seguir pinchando sus vinilos? Sí. Gocemos de un trallazo que nos impactó apasionadamente en aquel lejano 1994.
Porque afinan instrumentos y arrollan desde el principio con la insuperable “Last Exit”, supuran punk en “Spin the Black Circle”, ponen al día los postulados hard rock 70´s con “Not for You” y” Tremor Christ” y dejan huella con himnos como “Nothingman”, “Better Man” o mi favorita “Corduroy”. Olvidemos (o no) su presente y recordemos esas canciones para que no se pierdan como lagrimas en la lluvia…