Greenleaf actuaron el 6 de Marzo en la madrileña sala Wurlitzer Ballroom poniendo broche de oro a su exitosa gira por nuestro país. Reservaron fuerzas para demostrar que están en plenitud de facultades ofreciendo una solemne actuación. Siete años sin que los suecos se reencontrasen con su público en Madrid (Kristonfest 2017) originando una gran expectación entre los seguidores del «stoner rock». Con extrema y temprana puntualidad se subían a la tarima Sebatian Olsson a la batería, Hans Fröhlich al bajo y su capitán, el guitarrista Tommi Holappa.
Primeros y trepidantes acordes de «Trails & Passes» para dar paso a que su cantante Arvid Hällagård tomara posiciones en el escenario como si de una persona poseída se tratase. Provocativa e impactante mirada llamaba la atención bajo el intenso azul de sus ojos. Con «Sweet Is The Sound» dictaminaron un inicio tajante y convincente, menudo cañonazo de grupo encima de las tablas. Lástima que en las primeras filas no se apreciara la voz como es debido, corroborando que en las filas posteriores se escuchó a la perfección. A pesar de no distinguir en su plenitud la sutileza y cadencia vocal percibimos el melodioso «Ocean Deep».
La densidad sonora fue el hilo conductor de la noche, estructura musical que se apoya en una pesada base rítmica de donde emanan poderosos riffs de guitarra extensión de la representación vocal. Inexorable actividad a las baquetas con variantes cambios de tempo, redobles… la permuta rítmica deja la monotonía a un lado. Transcurrían «Our Mother Ash», «Bury Me My Son», «On Wings Of Gold», «The Drum» que irradian Heavy Blues Stoner sudoroso elevando la disposición de las primeras filas. La presentación de «Breathe, Breathe Out», tema extraído de lo que será su próximo trabajo daba pie a la recta final.
El público que abarrotó la sala (entradas agotadas) estuvo entregado durante toda la actuación, no faltaron los coros, palmas… y cualquier gesto emotivo que estimulase la conducta de los intérpretes. «God Ol´Goat», «Bound To Machines», «Tides», «Let It Out» hicieron de vínculo para que la participación fuese masiva. La compenetración y vehemencia fue tal que el cuarteto prolongó el repertorio hasta completar la hora y media de concierto. Actuación que quedará escrito con mayúsculas en los archivos de la sala. Esperamos su próximo disco como agua de Mayo, que será en Junio, y que venga acompañado de gira.