El lado bueno de Paul Benjamin Band con «My Bad Side Wants a Good Time» reviviendo el sonido Tulsa

Paul Benjamin Band con My Bad Side Wants a Good Time 2024

Llevábamos muchos años esperando un nuevo disco de Paul Benjaman. Este 7 de junio se lanza «My Bad Side Wants a Good Time» el extraordinario álbum de Paul Benjaman Band acompañado como siempre de sus sospechoso habituales y grandes secundarios de la escena musical de Tulsa, Jesse AycockJohn Fullbright, Paddy Ryan, Aaron Boehler, Sarah Frick, Majesty Pearson, Alexandria Nichole Moore y Ann Bell.

Una una monstruosidad de disco compuesto por una docena de canciones donde Paul Benjaman no desperdicia energía, no desperdicia palabras y, sobre todo, no desperdicia notas. Sus solos son lacónicos, hardroqueros, discotequeros, acompañado de instrumentos de cuerda, sintetizadores experimentales y baterías rígidas, descubriendo al final de cada canción que todo tiene sentido y todo encaja perfectamente, acompañado de esa gran voz, pero con ese estilo vocal confidencial y murmurador encajando perfectamente con el tono de todas sus canciones.

«My Bad Side Wants a Good Time» continúa con esa legendaria herencia musical de Tulsa, el ‘Tulsa Sound‘, en ese sonido único y característico, grabado en los alrededores restaurados de The Church Studio en Tulsa, la antigua casa de Shelter Records que alguna vez fue propiedad de Leon Russell y fue operada por él. 

Hablamos de este fenomenal guitarrista, compositor, cantante y músico de sesión como es Paul Benjaman quien tiene su centro de operaciones en la misma ciudad donde se originase el género «Tulsa Sound» propulsado por JJ Cale. Artífice JJ Cale junto a Leon Russell, The Gap Band, Elvis Bishop o Dwight Twilley del sonido Tulsa, iniciado en Oklahoma en la década de los años cincuenta con la aparición de un disco de Rocky Frisco, pianista de J.J. Cale, “The Big Ten” (1959) con esa combinación de sucio Blues, Country, gospel, Jazz y Rock, el Southern Rock más sosegado de los años setenta.

«My Bad Side Wants a Good Time» te sumerge desde el minuto uno en un mantra que va alcanzando distintas alturas mientras te hipnotiza y cuando desciende, te ahoga en un río caudaloso de guitarras fantasmagóricas que mutan en otro riff aniquilador, todo guiado por un caos de prominente saturación en «Undercover of the night». Exhibición en «Hot Dice», llevando a su terreno esos sonidos del trío tejano de los barbudos, si, la pequeña vieja banda de Texas. Otro nuevo cañonazo debajo del brazo con «My Bad Side Wants a Good Time» para luego adentrarte en el blues de «Old Rock House» un divertido blues que sobresale por sus notables pasajes instrumentales entre estrofas, que son precisamente los que lo diferencian de un blues cualquiera y empezar el aire a calentarse en «Chasm of soul», y la ochentera «Local Honey» con el espectro por ahí de Robert Palmer, dan paso a la fenomenal y catedralicia «Church of space and time» que nos evoca a los mejores años de Leon Russell o como entrar a una casa en Tulsa en un día caluroso de verano, entrar en esa sala de estar donde todas las cortinas están cerradas para mantener el frescor de la noche y alguien hundido en un sillón te dice: “Entra y tómate un té helado».

Paul Benjamin Band con My Bad Side Wants a Good Time 2024

Si después de estas siete primeras canciones de Paul Benjaman Band te queda alguna duda que está en plena forma como en su anterior trabajo y obra maestra «Sneaker» (2015), un tren descarrilado y un ataque brutal de guitarra nos trae ese riff frenético y muy pegajoso en «Outlaw Land» y «Detroit train» atizándote otro sacudón de grandes proporciones, sobre todo ésta última donde el tempo es bastante más lento permitiendo paladear mejor sus memorables melodías. «La Serpentine» transmite dinamismo y júbilo al mismo tiempo.

«How bad I want you» crea un aura de misterio junto a la voz casi susurrante de Paul mientras la batería y el bajo van adornando, hasta que luego llega un pérfido solo de guitarra para acabar de completar la inquietante ambientación. La guinda del pastel del nuevo de Paul Benjaman Band se copa con «Blues Skyline», donde conectas con cualquier disco del pasado en el territorio Tulsa, subterránea, lo que conforma una pelota sónica que impacta en la cara.

«My Bad Side Wants a Good Time» de Paul Benjaman Band es un álbum que hay que escuchar de pie a cabeza, hay que sumergirse de lleno en este vendaval de experimentación para apreciarlo en su máximo esplendor.

El disco es una toma instantánea de ese poderío salvaje que no hubiese podido recrearse con horas y horas de repetición en el estudio a la manera tradicional y ahí recae su valor. Es una mezcla de lo esperado con lo inesperado. «My Bad Side Wants a Good Time» muestra el descaro, ese sonido que transmite inquietud y misterio que construye la marca registrada de Paul Benjaman y su banda, soberbia, demostrando orgullo por sus raíces que siempre juega con nuestra mente y se ríe a carcajadas de las convencionalidades elaborando un camino propio que, aunque a veces sea difícil de seguir, siempre trae una buena recompensa cuando decides transitarlo. Uno de los mejores discos del año de cabo a rabo lo nuevo de Paul Benjaman Band.

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