Niamh Regan se confirma con «Come As You Are»

Niamh Regan lanza su segundo álbum “Come As You Are”, un disco producido por Tommy McLaughlin. El disco ha sido grabado en los Attica Audio Recording, unos estudios cada vez más prestigiosos. Villagers, Lisa O’Neill o Delorentos han grabado allí. Su álbum debut de 2020, “Hemet”, estableció a la cantautora de Galway como una de las grandes promesas del pop rock de Irlanda, llegando a ser comparada con Carole King o Carly Simon. Este nuevo disco, publicado en Faction Records, confirma todas esas sensaciones.

Escucha “Come As You Are” de Niamh Regan aquí:

El título, que puede parecer un guiño a Nirvana, no lo es en absoluto. Habla más bien de tomar las cosas como vengan, sin esperarlas. De hecho, cuando editó su disco debut, acababa de casarse y preparaba oposiciones para profesora. No pensaba ser cantante a tiempo completo.

Parece ser que Niamh buscaba acercarse al sonido de Wilco y, sin duda, lo consigue. Está claro que “Music” tiene un aire muy Jeff Tweedy. De hecho, supera las últimas grabaciones hechas por la última gran banda de rock del planeta. El disco se abre con la acústica “Madonna”, una reflexión sobre la dualidad virgen/puta, una exploración freudiana relativa a la incapacidad de mantener el deseo en una relación estable. “Belly” continúa hablando de la desigualdad que hay en las relaciones humanas (de género, de trabajo, familiares, …)

“Long Haul” es una maravilla acerca de los altibajos de una relación, con un fantástico teclado que inunda todo el ambiente. En “Nice” se moderniza un poco, tanto en el sonido (coqueteando con el R&B) como en la lírica (la autoestima en tiempos de redes sociales). Quizás la más floja del lote.

“Take It Easy”, una espectacular balada al piano. “Te estaba dando todo lo mejor de mí, pero ya no puedo/no puedo seguir actuando así”. Una de esas canciones por los que vale la pena un disco entero. “Blame” se acerca más al rock alternativo, podría ser perfectamente una versión de Courtney Barnett cantada por Dolores O´Riordan. “Waves” empieza confesional (a lo Rickie Lee Jones) y va creciendo hasta alcanzar un éxtasis de cuerdas que la eleva muy alto. Allí es donde aparece el “come as you are” que da título al disco. Una composición al alcance de pocos.

“Come As You Are realmente se trata de aceptarte a ti mismo y darte cuenta cuando te pierdes de vista. Todo el mundo pierde la cabeza en algún momento y nadie escapa de la tristeza. Algunas personas pueden ocultarlo mejor que otras. Pero olvidas quién eres y cómo eras, cuán ligero se sentía el mundo entonces. Tienes que amarte a ti mismo para volver a eso”.

“Paint a Picture” baja un poco la tensión emocional, una balada muy Wilco, sobre todo en el solo de guitarra final. “Mortgage” es una canción acompañada de órgano que sirve para encaminarnos a la explosión final de “Record”, otro tema clave. Empieza con el “clic” de un casette y ella cantando «acabo de terminar el disco, acabo de terminar el disco». Poco a poco, desemboca en una canción de amor realmente bien construida e instrumentada. Tommy McLaughlin demuestra lo buen productor que es. La canción se frena y de un sencillo teclado emergen las cuerdas y unos coros épicos que, finalmente, dejan paso a un dulce final.

Comparado con “Hemet”, el nuevo disco suena mucho más trabajado. Las melodías, la producción, las voces, los coros, … Regan, una autoproclamada «artista de pequeña escala», no estaba preparada para el éxito masivo de su debut, pero ha sabido gestionarlo y ser ambiciosa. Un disco elegante lleno de canciones mucho más complejas de lo que parece a primera vista.

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