Pretenders, el new wave maduro

Pretenders han tardado veintiún años en volver a Barcelona. Y lo hicieron para inaugurar el festival Les Nits de Barcelona y presentar su reciente “Relentless”.

En estos años la banda liderada por Chrissie Hynde habrá perdido el “THE” por el camino, pero no las ganas de ofrecer nueva música. A estas alturas de partido, la cantante es la única que queda ya en Pretenders, pero ha encontrado en la guitarra de James Walbourne el elemento revitalizante que necesitaba.  Y aunque Hynde siempre ha sido una luchadora nata, tener un socio en el que apoyarse le ha servido para mantener ese espíritu que en la década de los 80 desprendía.   

La noche inaugural de Les Nits de Barcelona presentaba un auditorio rozando el lleno de un público al que le costó entrar en calor. Y no será porque la banda no sonara compacta y contundente desde el principio o porque la voz de Hynde mostrara algún tipo de carencia (que no las tiene). Dió la sensación de que la mayoría venía buscando los hits radiofónicos, pasando de puntillas por la discografía de Pretenders. La acogida que tuvo el primer single de “Relentless”, “Losing My Sense of Taste” se mezclaba con el entusiasmo de ver a la banda de nuevo sobre un escenario. 

A partir de ahí, la búsqueda en el baúl de los recuerdos nos trajo de vuelta temas como “Turf Accountant Daddy”, con reinicio incluido, o “Kid”. Esta última bien podría valer como baremo para comprobar que la voz de Chrissie Hynde sigue casi intacta, ligeramente ajada por el paso del tiempo, pero en perfectas condiciones. Pero ni siquiera con esta el público se alejaba de un contenido entusiasmo. “Message Of Love” y su rockabilly pasado por el tamiz del new wave, los tintes reggae al estilo The Police de “Private Love” fueron las siguientes. Con “Back in the Chain Gang” se podía distinguir claramente quien había vivido con profundidad los discos de Pretenders. “Hymn To Her” se nos presenta con unos arreglos más adultos que la rescatan del sonido de la época sentándole francamente bien.

Y por fin llegó el momento que la mayoría esperaba, el espíritu de la radiofórmula poseyó al público para ponerlo en pie y moverse con “Don’t Get Me Wrong”. Aunque duró poco, porque ni siquiera el derroche del solo final de “Thumbelina” por parte de Walbourne hizo que la audiencia abandonara la comodidad de su asiento. Llegó el turno de sacar pecho, abandonar el pasado  y mostrar el presente. “Let The Sun Come In” y “ Vanglorious” completaron la selección de canciones que sonaron de “Relentless”.

El ligero acelerón de “Time The Avenger” y el descaro de “Junkie Walk” llevó al público a otro de esos momentos esperados. Treinta años atrás la platea se habría llenado de mecheros para acompañar un tema como “I’ll Stand By You”. Ahora son pantallas de móvil las que surgen entre la oscuridad para guardar un recuerdo. Que la eterna influencia de Bo Diddley llega a todas partes es algo innegable, y si no solo hace falta escuchar el ritmo de “Break Up The Concrete”. El viaje al pasado terminó con “Up The Neck”, “Bad Boys Get Spanked” y “Middle Of The Road” sin que el público volviera a salir del estado de  “emoción contenida” que tuvo durante todo el show. Y eso que este último sonó contundente y con un punto furioso como para levantar al acomodado público.

Imagino que si hubieran sacado del baúl de los recuerdos otro clásico de RockFM como “Brass In Pocket” se habría visto saltar a alguno más. Pero ni rastro del tema. Es más, me parece perfecto que no la toquen y que se decanten por un tema de The Kinks como “Stop Your Sobbing”, tan integrado en su repertorio que casi parece más suya que del grupo de los hermanos Davies. Los últimos aullidos de Hynde llegaron con “Mystery Achievement” donde la banda hizo el sprint final metiendo una marcha más. 

Pretenders ofreció un buen concierto para inaugurar el festival. Ignoro cómo serían sus directos en los 80, pero este me pareció bastante amable y sin excesos por parte de Hynde. Y es que a estas alturas de partido, pedirle que se vacíe en el escenario como hacen Iggy Pop o derroche energía como Springsteen me parece injusto. Quizás si el entusiasmo tuviera una reciprocidad mayor… pero sobre el escenario la banda cumplió con creces ofreciendo un espectáculo notable. 

Fotos: Clippers Music

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