Puedes irte si quieres, o quedarte todo el día… Pixies lo dejan claro desde que comienzan a arrancar de sus instrumentos los primeros acordes de Gouge Away. Ha pasado poco más de un año desde la última visita de los de Boston por nuestras tierras, pero esta vez lo hacen en un espacio más pequeño y acogedor: el Jardín Botánico de la Ciudad Universitaria.
El escenario de las Noches del Botánico luce sobrio y solo tiene tres puntos de atención: una “p” alada que brilla en lo alto, los cuatro músicos y por supuesto, y lo más importante, la música.
Black Francis, Joey Santiago, David Lovering y Emma Richardson, quien ha sustituido Paz Lenchantin al bajo (que llevaba ya 10 años en la formación), nos sumergieron en el universo musical de 1989 a través de varios temas del Doolittle con un comienzo arrollador con la mencionada Gouge Away (cierra el Doolittle, pero inicia la velada), seguida de Wave of Mutilation y Monkey Gone to Heaven.
El setlist de la noche fue un paseo por su primera etapa y esos cuatro álbumes que la conforman con un pequeño inciso de dos canciones, The Vegas Suite y Chicken, que son parte del nuevo disco que sacarán en octubre de este año y llevará por título The Night the Zombies Came, ambas piezas emanaban una sonora coherencia con la esencia de su trayectoria.
La banda fue alternando su cuidada distorsión y esos gritos desgarradores que les caracterizan con melodías más delicadas y emotivas, destilando toda esta amalgama una mezcla de nostalgia y éxtasis arrebatador entre el público. Fue una noche plagada de himnos para cualquier seguidor de los Pixies sonando a las mil delicias Caribou, Velouria, Crackity Jones, Isla de Encanta, Dig of Fire, Bone Machine y un largo etcétera.
La recta final vino marcada por la imprescindible Where is my Mind? Que provocó un alzamiento de lucecillas provenientes de los teléfonos móviles del público para registrar el momento. Ahí Black Francis se auto-concede el salirse un poco del guion en lo que a la parte vocal se refiere, pero con esa inconfundible melodía funcionando con independencia.
Después de versionear, como llevan tiempo haciendo, el Winterlong de Neil Young, llega el bis con Debaser y que cierra la noche dejando un excelente sabor de boca a los asistentes. Curiosamente, abríamos con Gouche Away, última canción del Doolittle y cerrábamos con Debaser, primera canción del mismo disco, que tal vez de forma intencionada se ha convertido en el hilo conductor de la noche.
Hay que prestar atención también al joven trío británico que fue el encargado de la telonear a Pixies, The Pale White, un power trío cuyo estilo navega entre la oscuridad de Black Sabbath pero con un sonido más cercano a The Pixies. Los teloneros, un acierto.
Texto: Lucía Campo. Fotos: Isabela Roldán.