1-Porque es una fantástica puerta de entrada para los neófitos del Blues eléctrico de Chicago, pero también un autentica delicatessen para conocedores del tema.
2-Porque el repertorio escogido es tirando a insuperable, trufado de piezas propias y auténticos clasicazos del género: «I’m Ready», «Rock Me», «I’m Your Hoochie Coochie Man» y «Good Morning, Little School Girl» suenan más directas, frescas e intensas que nunca.
3- Por la excelsa elección de la banda de acompañamiento: la mezcla de las nuevas generaciones (Johnny Winter, Bob Margolin y Jerry Portnoy) y de la vieja guardia (Big Walter Horton, Pinetop Perkins y Willie «Big Eyes» Smith) hace lucir al protagonista a través de una instrumentación tan pletórica como ajustada, sin grandes estridencias pero mucha alma.
4-Porque si bien es cierto que las bandas inglesas de principios de los 60 como los Animals o los Stones fueron los primeros en reivindicar el legado de los bluesman negros de los USA, gente como Canned Heat, John Hammond o el propio Winter apostaron por cruzar barreras raciales y acabar con el incomprensible ninguneo que sufrieron las leyendas del Blues en su propio país. Discos como “I’m Ready” acabaron de otorgarle a Muddy el reconocimiento que merecía.
5-Porque cuando a mediados de la década de los 70’s desparece Chess (su discográfica de toda la vida) Johnny Winter se lo lleva a su propio sello Blue Sky y consigue su sueño de trabajar con su ídolo de juventud. Autentico revitalizador de la parte final de la carrera de Waters, Winter se encargó de la producción y guitarras de los tres últimos albums del de Mississippi : el icónico “Hard Again” (1977), el comentado “I’m Ready” (1978) y el crepuscular “King Bee” (1981). The Blues Is Alright…!!!
