Existen discos igual de buenos que «V” de Kenny Vaughan (2011) pero no mejores…

Siempre hemos considerado a Kenny Vaughan es uno de los mejores guitarristas del mundo. El de Oklahoma aprendió a tocar con el gran guitarrista de jazz Bill Frisell, con lo cual el virtuosismo lo trae de fábrica. Desde que empezó siendo un adolescente en bandas de punk, su trayectoria ha sido creciente, sobre todo tras mudarse a Nashville. Ha acompañado a, entre otros, Allison Moorer, Rodney Crowell, Lucinda Williams, Elizabeth Cook o Patty Loveless, pero sobre todo es conocido por ser miembro desde hace dos décadas de la mejor banda de country del planeta: Marty Stuart & The Fabulous Superlatives.

Escucha “V” de Kenny Vaughan aquí:

Conocimos internacionalmente a Kenny en la gira presentación de “Car Wheels On A Gravel Road”, respaldando con su guitarra a Lucinda Williams. Mientras estaba con ella, Lucinda pasó de ser una artista de culto a algo muy parecido a una estrella. Terminaron haciendo shows con Tom Petty y los Heartbreakers y Bob Dylan. Las canciones de aquel disco eran infalibles, pero con aquella banda sonaban todavía mejor, haciendo vivir a Lucinda el mejor momento de su carrera. Aunque ya era un reputado músico de sesión, su nombre subió como la espuma.  Tras la gira, recibió la llamada de Stuart.

Marty Stuart y los fabulosos superlativos (nunca un nombre fue tan bien escogido) acompañan a Vaughan en todos los temas del álbum menos uno, lo cual es un sinónimo de calidad garantizada. Es un placer escuchar a Vaughan y Stuart retándose en intercambios de fantásticos riffs en temas tan grandes como “Country Music Got a Hold on Me” y “Stay Outta My Dreams”, dos canciones que rinden homenaje a Buck Owens y los Buckaroos con un refinado regusto a rock de los 50s.

“Conseguí mi primera guitarra eléctrica cuando tenía doce años. Lo primero que toqué fue ‘Folsom Prison Blues’. Mi primera banda tocaba Stones, surf, garage punk de los 60 y soul de Memphis. Vi a los Stones, Jimi Hendrix, The Cream, Howlin’ Wolf, Captain Beefheart, Buck Owens y The Buckaroos, The Dead, The Doors, Fleetwood Mac de Peter Green, Johnny Winter, John Mayall y el primer concierto en Estados Unidos de Led Zep, ¡todo antes de que cumpliera dieciséis!”

“Lillie Mae” es un tema que puede recordar al rock sureño de Marshall Tucker Band. Presenta una magnífica simbiosis entre la guitarra de Vaughan y la mandolina de Stuart. Lillie es la típica mujer que podría habitar en cualquier film clásico de cine negro si no fuera porque vive aquí y ahora: «No me devuelves el correo electrónico, apagaste tu teléfono…», … La misma mezcla de sonidos de antaño (puro swing rock de vieja escuela) y letras modernas (“Ella es guapa, ella es la indicada, pateando como Kim Kardashian”) aparece en “Hot Like That”, un tema que nos recuerda a los nunca suficientemente reivindicados BR5-49. Otro de los grandes momentos es “Okolona Tennessee”, un blues que reivindica el legado de B.B. King.

Dentro del disco encontramos tres instrumentales de lujo, cada una con su toque particular. “Wagon Ride”, que recuerda un poco a Allman Brothers y Clarence White; “Minuit Sur La Plage”, lo más parecido a una banda sonora de spagetti western que hubiera compuesto Mark Knopfler y “Mysterium”, que hubiera encajado en cualquiera de los films de la saga James Bond. La última canción, “Don’t Leave Home Without Jesus” (coescrita junto a Dan Stuart), es un gospel acelerado en el que la banda demuestra su compenetración y lo bien que se lo pasan haciendo música juntos.

Kenny Vaughan V

Música es medicina, música es terapia.  Kenny Vaughan V Kenny Vaughan V

NO MUSIC. NO LIFE. PLAY IT LOUD, MUTHA! FUCK YOUR SPEAKERS. MAKE ART NOT FRIENDS. MUSIC IS MEDICINE

Discos olvidados en nuestra sección Discos olvidados.

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