Upload, Barcelona (7/12/2024).
Y de los gordos. La prueba la tenemos en el casi sold out que la banda de Barcelona logró un sábado de puente en la sala situada en la montaña de Montjuich en su retorno a la actividad, al menos sobre las tablas.
Pero no vinieron solos, antes de ellos teníamos también a dos bandas locales, que tenían el trabajo de ir calentando la velada antes de los esperados y deseados Deadyard.
Los primeros en subir al escenario tengo que reconocer que sigo desconociendo su nombre, y venían a sustituir a los en un principio previstos Smegma. ¿Y que quieren que les diga? Tras una performance sobre higiene bucal al estilo de Casimiro pero beodo, cogieron sus instrumentos éste cuarteto que sustituye el bajo por otra guitarra, que desgranaron un punk rock de manual.
Que no ofendía, pero tampoco entusiasmaba. Media hora estuvieron en escena, entre la indiferencia del público menos de la claca que traían desde su pueblo.
Las siguientes en presentarse fueron Radioactivas, que ahora mismo y por méritos propios son las niñas bonitas de la escena garage de la Ciudad Condal. Con más brillo en su vestimenta que un árbol de Navidad, hicieron un concierto que no se dejaba ninguno de los tópicos del género en el tintero.
Ecos de The Stooges, MC5 e incluso Nirvana se fueron sucediendo en un concierto lleno de desparpajo y simpatía a raudales. Y su tema estrella “Choni Garagera” caló más que bien entre el público. Entretenidas y divertidas a partes iguales.
Finalmente y con puntualidad extrema ya teníamos sobre las tablas a los deseados Deadyard. Como si no hubiera pasado el tiempo, salieron como era habitual en ellos en tromba. La inicial “The Scapist Song” nos pasó por encima como una apisonadora manejada por la furia. Primer asalto ganado por KO, y a partir de ahí ya no hubo tregua ni descanso. Fueron cayendo casi todas las canciones de su EP y único álbum. La coreada “Armageddon It!”, la vacilona “Machinery For Sharks” o la muy Sex Pistols “Old & Angry”. Sonaron como un cañón, potentes y claros y con una energía escénica que era verla para creerla.
El bajista Rau estuvo hiperactivo todo el concierto como si llevara un cable eléctrico en el trasero. ¿Y qué decir de Pablito Migraña? Cantantes como él no se encuentran cada día, capaces de cantar (o más bien gritar) entre la ira y la melodía. Y que a nivel personal cada día le veo más parecido con Henry Rollins, tanto fisicamente como en actitud escénica. El único ¿remanso de paz? Nos lo dio la psicodélica “Repo Men” pero la cosa ya volvió a girar hacia la intensidad con la cachonda “Monkey Monggah Blues” con la colaboración de algunas Radiactivas en los micros.
Entre personal exaltado y algún que otro de los músicos pasando sobre las cabezas del público se llegó al final con la esperadísima “The Boys Are Out”, todo un enrabietado himno que la gente berreó y uso para desmadrarse como si no hubiera un mañana. La cosa no daba lugar para más, sesenta minutos de una intensidad agotadora en clave punk rock y high energy de ascendencia escandinava.
Un placer volverlos a tener entre nosotros, a ver como discurren ésta vez las cosas. Que bandas como ellos pocas hay, por no decir ninguna.
Fotos Desi Estévez.
