Auténtica lección de Blues/Boggie y Rock and Roll de los Tejanos en Madrid.
Billy Gibbons (guitarra), Dusty Hill (bajo) y Frank Beard (batería) siguen formando una máquina perfectamente engrasada para el rock and roll. Una gran parte del concierto, sobre todo al comienzo, fue una auténtica lección de blues & boogie en toda regla.
Otro de los conciertos del verano, de nuevo en Madrid, el pasado 14 de julio en la sala La Riviera, «The Little Ol’ Band from Texas» ¡¡ ZZ Top !!
No queda espacio para la duda, apenas un resquicio para la sorpresa, lógico, ¿Cómo vas a pedírsela a alguien que ha firmado los mejores discos de blues & rock de la historia a lo largo de casi 42 años?
Estaremos en crisis pero fue impresionante el ambiente en Madrid para ver uno de los mejores conciertos del año, reventón de público en la sala y entradas agotadas.
En líneas generales el concierto fue un paseo taurino, pletórico, exacto en los guiños y auténticamente memorable. Los tejanos son maestros de un estilo propio, como los grandes, y nunca bajan de lo irreprochable.
Es que hasta me da vergüenza describir quiénes son estos genios, si no te engancharon con alguna de sus primeras referencias, difícilmente te harás fan de los barbudos de voces atigradas.
Con un ambientazo en toda regla para recibir a los legendarios ZZ TOP, el público constaba ahora de varias generaciones, aquellos padres que quizá vieron al grupo en los noventa acudían al concierto con sus hijos.
Estábamos ante una hora y poco más de veinticinco minutos impecables, con auténticas exhibiciones a una sola mano de Gibbons y Hill a las guitarras, y de un Beard que terminó exhausto del aporreamiento que nos infringió el pasado 14 de julio.
Sorprendente comienzo, suena la campana de un ring, ¡¡bam!! riffs contundentes, sucios, directos y muy rápidos, declaración de principios en su primer estribillo “Got me under Pressure” y vaya que si nos tenían con la presión en vena, las casi cuatro mil gargantas de fiesta, cantando y saltando sin parar. Nunca había visto nada igual en un concierto en Madrid.
Divertidos y locuaces, hicieron que esas nuevas generaciones se enterasen de una vez y se acercasen al auténtico blues, y que esos padres se sintiesen aliviados de que por una vez se olvidasen de tanta “basura musical” que anda por ahí.
“Waitin’ for the bus”, “Jesus just LeftChicago” ¡¡impresionante!! “Pincushion”, “I’m Bad, I’m Nationwide” y “Future Blues” versionando a Willie Brown.
El show brillante en ejecución, sonido y repertorio extraordinario, estábamos sin duda ante el mejor concierto del año en nuestro país.
No olvidemos que saltaron al escenario con sus clásicos ponchos rojos y esa imagen Nudie Cohn Style posterior con chaquetas y puesta de sombreros llevada a cabo por dos hermosas pin-ups vestidas de rojo. Memorable momento.
Es hora de irnos al óptico “Cheap Sunglasses” ¡¡más blues!! “My head’s in Mississippi” y “I need you tonight”. Hasta ese instante un concierto catártico llevado hasta el éxtasis más tejano. Gibbons y Hill cantando con desesperación y desgarro.
Llega otro plato fuerte, invocan en la sala a Jimi Hendrix, amigo de Gibbons, “mi amigo” en un spanglish más que correcto comentaba, nos entregan un plato exquisito, “Hey Joe”, música salida de los más oscuro, quizás algo demasiado duro para una audiencia que posiblemente esperaba un setlist más clásico.
Estábamos viviendo algo histórico, algo hipnotizante y sucio. En definitiva, blues del Delta y rock, una mezcla explosiva que llega a donde más duele.
Aquello era una auténtica lección de rock and roll, “Brown Sugar” y “Party on the Patio” de nuevo con Gibbons con su spanglish tejano llamándonos “borrachos” a todos nosotros, otro momento de la noche. Pocas dudas podían quedarle a nadie acerca del estado de forma de los artífices de algunas de las páginas más brillantes del género.
Lejos de arrastrar su nombre por el fango o empeñarse en vivir de las rentas, ellos ondean bien alto y con pulso eléctrico su leyenda, ofreciendo una experiencia en directo de una simpleza con la que apenas pueden competir hoy un puñado de elegidos: The Rolling Stones, AC/DC, Bruce Springsteen, Bob Dylan o Neil Young. Cada uno de sus temas reinventa en tu cara con una energía a medio camino entre la rebeldía juvenil y la maestría.
La guitarra de Gibbons es afilada y certera, mientras la voz de Hill es capaz de helarte la sangre. Blues contundente y furioso para la traca final que nos esperaba, “Just got paid” ¡¡absolutamente exquisita!! “Gimme all your lovin’ “ ¡¡infernal!! “Sharp Dressed Man” y “Legs” con su cambio de guitarras de peluche blanco que hicieron con contundecia, asentadas sobre la rugiente batería de Beard. Hicieron temblar los cimientos de la Sala Riviera, ellos seguían mostrándose comunicativos, sonrientes y locuaces ante nosotros.
Encore final explosivo con “La Grange/Sloppy Drunk” y la demoledora “Tush”. Nadie podía negar que se entregaron mientras encadenaban canción tras canción y además entregando hasta la última gota de sudor a un público que supo como agradecérselo.
Como ocurre con los más grandes, la figura de los autores de los boogies más asesinos se agiganta con los años, de ahí que abandonáramos el lugar con la sensación de haber contemplado otro de los conciertos de nuestras vidas, ¡¡matricula de honor!!
Ya podemos morirnos un poco más tranquilos, un cancionero imbatible sobre el que el tiempo no ha hecho mella.
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