GEORGE THOROGOOD celebraba su 40 aniversario con sus inseparables DESTROYERS. Sin haber estado nunca por nuestro país aprovechó dicha circunstancia para demostrar que sigue en plena forma, actitud canalla, chulesca, inquieto, con ganas de liarla.
Gran acogida por parte de un público que se desplazó desde diferentes puntos de nuestra geografía, no querían pasarse otros cuarenta años sin disfrutar de su gran directo.
No llegó a abarrotar la sala La Riviera, aunque registró una buena entrada.
A las nueve en punto comenzó a sonar «Eve of destruction» de Barry McGuire para que saliesen al escenario los DESTROYERS abriendo paso al gran GEORGE THOROGOOD.
La noche del 5 de Julio George salió a por todas, como si tuviese 20 años, desbocado, quería meterse al público madrileño en el bolsillo y no tardando mucho, lo consiguió.
El público estaba ansioso por rockanrolear con el estadounidense y qué mejor forma de comenzar la velada con «Rock Party» y «Who Do You Love», dos primeros temas impactantes, directos, anunciadores de la dinámica que llevaría la noche.
Una auténtica fiesta de buen rock & blues de infinitas carreteras al volante de un gran camión y parar en un tugurio de mala muerte a refrescarte y salir ileso de alguna bronca.
El espíritu de grandes artistas del género, como John Lee Hooker, Bo Diddley, Hank Williams, Willie Dixon, Johnny Cash… o el mismísimo Chuck Berry estuvieron presentes durante toda la actuación, prueba de ello los temas «One Bourbon, One Scotch, One Beer», «Cocaine blues», «Move It On Over» o «Tail Dragger».
Gran puesta en escena, con pantallas que visualizaban vídeos de la carrera del señor THOROGOOD o simplemente imágenes relacionadas con el tema. No faltaron clásicos de su carrera como «Bad To The Bone».
El americano mantuvo una actitud simpática y dicharachera frente al respetable, gastó bromas, tiró obsequios a las primeras filas…. Los DESTRUCTORES escoltaron, en un segundo plano, al señor THOROGOOD dejando todo el protagonismo para él.
El sonido algo más que aceptable dejó de lado la musicalidad del saxo que por mucho que se esforzara Buddy Leach no lograba apreciarse entre la muchedumbre, lástima porque el sonido del saxo aporta gran personalidad al tema.
Jeff Simon a la batería y Billy Blough al bajo se encargaron de llevar la base rítmica y fueron responsables de que los temas sonaran con una métrica animada y divertida.
El fin de fiesta se intuía por momentos y qué mejor forma que despedirse con el culminante «Johnny B. Goode», apoteósico.
La cara de satisfacción y de alegría entre el público fue la mejor señal de que el paso por Madrid de GEORGE THOROGOOD & THE DESTROYERS fue todo un éxito, esperamos que no tarde tanto en volver de nuevo.
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