DEWOLFF arrancaban la gira española ante el público madrileño en la sala Wurlitzer Ballroom el 13 de Febrero, con un escaso centenar de entusiastas melómanos por los sonidos setenteros que se apiñaban a los pies del escenario para no perder detalle de la actuación de esta joven banda holandesa. La velada la iniciaban los madrileños VUCAQUE, formación que viene funcionando desde el 2010 y que se mueve entre el blues-rock de los años setenta.
Los madrileños plantearon el concierto de una forma sencilla, comenzando y terminando con sendas versiones de Led Zeppelin. Conscientes en todo momento de ser el preámbulo del trío holandés, aún así interpretaron temas de lo que es su trabajo.
Temas asequibles para combinarlos con clásicas versiones y no provocar bostezos al personal. El guitarrista intentó destacarse con unos solos bastante aceptables. No es una desestima hacia el grupo pero su paso por la Wurlitzer no causó expectación ni fascinación, uno de tantos.
El grupo protagonista de la noche aprovechó su paso por la capital y ese mismo día grabaron en Prado del Rey «Los conciertos de Radio3». Este power trío de rock vienen dando guerra desde el 2007 y a pesar de su juventud han grabado tres discos y están en el punto de mira de los medios especializados cosechando excelentes críticas. El trío compuesto por los hermanos Pablo y Luka van de Piel a la voz-guitarra y batería respectivamente y Robin Piso al órgano hammond se presentaban en Madrid con un atuendo atemporal, mostrando una imagen típica de los años sesenta, setenta.
Abordaron un concierto de lo más seductor apostando por esos sonidos enrevesados, inusuales, cargados de sustanciales cambios de ritmo, con una base del más puro hard rock y a veces de blues, saliendo airosos de esas composiciones que a veces llegan a la tesis del rock progresivo.
La ausencia del bajo en esta formación incrementa la labor de los tres músicos que en su mayoría recae en el batería marcando el ritmo con el bombo.
El engranaje perfecto entre la guitarra y el carisma que marca el sonido del órgano Hammond intensifican el punto clave a la hora de canalizar los temas y exprimir un repertorio propio, de unas dos horas, sin tener que recurrir a facilonas versiones de grupos influyentes en la composición de los temas. Si hay que apuntar algo negativo fue el exceso de volumen en la batería, por lo demás confirmo todos los elogios y ensalzamientos que he leído del grupo, deseando que el futuro de esta formación sea de lo más exitoso.
