«Miracle Focus», la aventura mística de Strand Of Oaks
Octavo disco del proyecto de personal de Timothy Showalter. Un salto al vacío, lleno de espiritualidad y una apuesta por los sintetizadores que da un vuelco definitivo a su sonido.
Octavo disco del proyecto de personal de Timothy Showalter. Un salto al vacío, lleno de espiritualidad y una apuesta por los sintetizadores que da un vuelco definitivo a su sonido.
El trío formado por Anaïs Mitchell, Eric D. Johnson y Josh Kaufman edita un disco doble grabado a medio camino entre su estudio habitual y un pequeño pub de la costa inglesa. El resultado, una colección de joyas que recorren todo el cancionero americano con maestría.
Nuestra superbanda favorita del momento lo ha vuelto hacer. El cuarteto de compositores neoyorkinos presentan una nueva colección de melodías que está incluso por encima de su debut. Esperemos que puedan presentarlo por nuestros escenarios.
Llegada desde Brooklyn, nos llega una cantautora intoxicada por las melodías de Bob Dylan desde la adolescencia. El disco es un tratado sobre las relaciones, desde el enamoramiento hasta la ruptura y más allá.
Tras un concierto en el parking de un concierto de Zach Bryan, la carrera de este cantautor crecido en una secta cristiana empezó a crecer. La producción del siempre impecable Sadler Vaden no hace más que elevar el brillo a esta gran colección de canciones.
Se hicieron virales con una versión improvisada de «Crazy» y, al final, se unieron casi por aclamación. Deliciosos en directo, su debut es un muestrario de sonidos de otras épocas muy bien interpretados.
Respaldado por una banda excepcional llena de grandes nombres, el artista afincado en New York ha editado un trabajo de rock clásico fantástico y lleno de canciones redondas. Imprescindible.
Tras una carrera poco conocida en nuestro país, su nuevo disco le reafirma como una de las voces emergentes más destacadas de Nashville. Destacan sus canciones coescritas junto a Aaron Lee Tasjan, Brittney Spencer o Caroline Spence.
Fue uno de los personajes más estrafalarios de la escena R&B inglesa, pero sus excentricidades no deben ocultar que su aportación a la música de la época fue muy relevante.
El cantante queer de Carolina del Norte une fuerzas con Butch Walker y, junto a una banda de estudio de campanillas, han consiguido editar uno de los que serán discos del año.